!Solo muere el que es olvidado!
Se casó con su colega y Profesor de Biología y Química, Aníbal Vivaceta López. Yo fui cariñosamente invitado a su matrimonio en Valparaíso. El casamiento tuvo lugar unos meses después del famoso terremoto y maremoto del 1960 que destruyó todas las casas de los pescadores desde Temuco a Puerto Montt.
Para Toltén y otras ciudades, cerca de Temuco, pedimos la solidaridad a muchos países. El Consulado de Suiza fue magnánimo, construyó una bonita población con instalaciones de agua potable, luz y alcantarillado, en el Nuevo Toltén. Cuando PERLA se casó, aún no habíamos inaugurado esta hermosa población. Con Marta le pedimos a los novios recién casados que pasaran su luna de miel haciendo un trabajo voluntario ayudando a instalarse a las víctimas del maremoto en su nueva población. Lo dijimos medio en broma, pero esto se cristalizó en un proyecto aprobado de inmediato. Nos fuimos acompañando al matrimonio en su luna de miel hasta Temuco y de allí a Toltén. Así de simpática era PERLA DE LA FUENTE.
Ella era parte activa del grupo que todos los años disfrutábamos de vacaciones bañándonos en las tibias aguas del Lago Calafquén. Con ella y el grupo hacíamos excursiones por el lago en la famosa balsa montada sobre tambores vacíos y en cuya plataforma nos pasábamos hermosas horas copuchando y tomando el sol. PERLA fue profesora y su cariño por su hijo Anibalito (Nibi) lo extendía generosamente a los niños de los matrimonios amigos: Méndez-Vives, Buholzer-Sepúlveda, Guastavino-García y Muñoz-Musre.
Años después, en 1991, cuando llegué del exilio en Alemania a Chile, algunos amigos me fueron a esperar al Aeropuerto, entre ellos PERLA y su marido. PERLA me ofreció de inmediato e incondicionalmente su casa. Estuve más de seis meses en su departamento que tiene un balcón con una maravillosa vista al mar. Me ofreció una pieza, cuya ventana también tenía vista a la Caleta Portales.
¡Esta solidaria actitud de PERLA era más que un buen recibimiento que no necesita comentarios!
Se casó con su colega y Profesor de Biología y Química, Aníbal Vivaceta López. Yo fui cariñosamente invitado a su matrimonio en Valparaíso. El casamiento tuvo lugar unos meses después del famoso terremoto y maremoto del 1960 que destruyó todas las casas de los pescadores desde Temuco a Puerto Montt.
Para Toltén y otras ciudades, cerca de Temuco, pedimos la solidaridad a muchos países. El Consulado de Suiza fue magnánimo, construyó una bonita población con instalaciones de agua potable, luz y alcantarillado, en el Nuevo Toltén. Cuando PERLA se casó, aún no habíamos inaugurado esta hermosa población. Con Marta le pedimos a los novios recién casados que pasaran su luna de miel haciendo un trabajo voluntario ayudando a instalarse a las víctimas del maremoto en su nueva población. Lo dijimos medio en broma, pero esto se cristalizó en un proyecto aprobado de inmediato. Nos fuimos acompañando al matrimonio en su luna de miel hasta Temuco y de allí a Toltén. Así de simpática era PERLA DE LA FUENTE.
Ella era parte activa del grupo que todos los años disfrutábamos de vacaciones bañándonos en las tibias aguas del Lago Calafquén. Con ella y el grupo hacíamos excursiones por el lago en la famosa balsa montada sobre tambores vacíos y en cuya plataforma nos pasábamos hermosas horas copuchando y tomando el sol. PERLA fue profesora y su cariño por su hijo Anibalito (Nibi) lo extendía generosamente a los niños de los matrimonios amigos: Méndez-Vives, Buholzer-Sepúlveda, Guastavino-García y Muñoz-Musre.
Años después, en 1991, cuando llegué del exilio en Alemania a Chile, algunos amigos me fueron a esperar al Aeropuerto, entre ellos PERLA y su marido. PERLA me ofreció de inmediato e incondicionalmente su casa. Estuve más de seis meses en su departamento que tiene un balcón con una maravillosa vista al mar. Me ofreció una pieza, cuya ventana también tenía vista a la Caleta Portales.
¡Esta solidaria actitud de PERLA era más que un buen recibimiento que no necesita comentarios!
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