O l g a A e t a G o n z á l e z (1915 - 2005)
Con Olga fuimos colegas y muy buenos amigos. En su Página Web se ha afirmado justamente que teníamos sobradas razones para mantener esta hermosa amistad. Las familias de los Buholzer y los Doggenweiler tienen un pasado común, ambas familias provienen del mismo tipo de emigrantes alemanes de grandes ideales que llegaron a ayudar a la naciente democracia chilena.
Allí en su página podemos leer.“...Olguita y sus amigos entrando en el mundo del ciberespacio de la inmortal “Página Web”. Los libros han durado miles de años, esta nueva forma de dejar en memoria nuestros recuerdos, estamos seguros que subsistirá un tiempo aún más largo. Esta Página Web perdurará por muchos miles de años, las nuevas condiciones técnicas nos permiten grabar estos hermosos recuerdos, que representan parte de la brillante vida de una virtuosa profesora, ellos quedan allí en las grabaciones ópticas perpetuas de internet, como un monumento virtual perdurando seguramente más que las pirámides del Egipto. Esta página es el recuerdo póstumo imperecedero que le deja su hija Cecilia. En este recuerdo son actores relacionados con la vida de Olguita: sus tres hijos, sus dos nietas y su madre, su cuñada, sus concuñados, sus sobrinos, sus sobrinos-nietos, sus sobrinos-bisnietos, sus miles de exalumnas, colegas, amigos y conocidos. Esta página podrá ser vista en cualquiera de los más de cien millones de hogares con computadores inscritos en internet, en cualquiera de los cientos de miles de ciber-café, en todas las miles de bibliotecas conectadas al ciberespacio ubicadas en casi todos los lugares del mundo, incluso ahora en las nuevas generaciones de los teléfonos portátiles, ..., etcétera.
Para más información usted anota en el computador de cualquiera de estos lugares señalados anteriormente:
hometown.aol.de/olguitaaeta y tiene de inmediato la Página Web de Olguita, que incluye además 28 fotografías adornando parte de los recuerdos de su hermosa vida”.
Las ideas de las personas y los recuerdos de ellas son parte de sus vidas.
¡Solo muere el que es olvidado!
Con Olga fuimos colegas y muy buenos amigos. En su Página Web se ha afirmado justamente que teníamos sobradas razones para mantener esta hermosa amistad. Las familias de los Buholzer y los Doggenweiler tienen un pasado común, ambas familias provienen del mismo tipo de emigrantes alemanes de grandes ideales que llegaron a ayudar a la naciente democracia chilena.
Allí en su página podemos leer.“...Olguita y sus amigos entrando en el mundo del ciberespacio de la inmortal “Página Web”. Los libros han durado miles de años, esta nueva forma de dejar en memoria nuestros recuerdos, estamos seguros que subsistirá un tiempo aún más largo. Esta Página Web perdurará por muchos miles de años, las nuevas condiciones técnicas nos permiten grabar estos hermosos recuerdos, que representan parte de la brillante vida de una virtuosa profesora, ellos quedan allí en las grabaciones ópticas perpetuas de internet, como un monumento virtual perdurando seguramente más que las pirámides del Egipto. Esta página es el recuerdo póstumo imperecedero que le deja su hija Cecilia. En este recuerdo son actores relacionados con la vida de Olguita: sus tres hijos, sus dos nietas y su madre, su cuñada, sus concuñados, sus sobrinos, sus sobrinos-nietos, sus sobrinos-bisnietos, sus miles de exalumnas, colegas, amigos y conocidos. Esta página podrá ser vista en cualquiera de los más de cien millones de hogares con computadores inscritos en internet, en cualquiera de los cientos de miles de ciber-café, en todas las miles de bibliotecas conectadas al ciberespacio ubicadas en casi todos los lugares del mundo, incluso ahora en las nuevas generaciones de los teléfonos portátiles, ..., etcétera.
Para más información usted anota en el computador de cualquiera de estos lugares señalados anteriormente:
hometown.aol.de/olguitaaeta y tiene de inmediato la Página Web de Olguita, que incluye además 28 fotografías adornando parte de los recuerdos de su hermosa vida”.
Las ideas de las personas y los recuerdos de ellas son parte de sus vidas.
¡Solo muere el que es olvidado!
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